Estimados padres,
Uno de los objetivos principales de la etapa de
Secundaria es la mejora de la competencia lectora, ya que es la herramienta
básica para desarrollar el resto de las competencias. Un alumno que no lee bien
tendrá graves dificultades para enfrentarse con éxito a cualquier asignatura.
La lectura nos acompaña en todas
las etapas de la vida y se hace indispensable ser un lector competente en una
sociedad como la nuestra. Los mensajes escritos, ya sean publicidad, contratos,
noticias o páginas de Internet forman parte de nuestro día a día. Es nuestro
deber ser capaz de descifrar correctamente cada uno de los textos a los que nos
enfrentamos cotidianamente.
No cabe duda que la familia
desempeña un papel fundamental en el desarrollo y afianzamiento del hábito
lector en niños y adolescentes. Y desde aquí queremos invitar a padres y madres
a que acompañen a sus hijos en ese aspecto. En el período de la adolescencia es
el momento en el que se afianzan algunos hábitos y se abandonan otros por eso creemos
que es importante que la familia centre sus esfuerzos en crear un ambiente
propicio a la lectura, y participar todos de ella procurando leer en espacios
comunes todos e interesándonos por saber qué leen tanto en soporte papel como
digital. Leer debe ser una actividad diaria para todos los miembros de la
familia. Y la lectura puede abrir canales de comunicación, si comentamos lo que
leemos enriquecemos finalmente nuestra expresión oral y comprobamos como las
nuevas palabras empiezan a formar parte de nuestro vocabulario. Es un proceso
enriquecedor para todos.
Esta oralidad como intercambio
desembocará en la construcción de un espíritu crítico ético y autoanalítico
porque el lector sentirá la necesidad de interpretar la realidad y “leer” las
emociones y reacciones de los demás.
Después será capaz de situarse ante los mensajes que recibe de los distintos
medios de comunicación con una personalidad definida y no manipulable.
El Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte ha publicado una sencilla Guía para padres para ilustrar de
un modo simple y fácil de recordar qué hacer en familia para crear buenos
lectores. Está disponible en Internet, pero resumo los 10 principios
fundamentales:
- Dar ejemplo: Las personas adultas somos un modelos para los adolescentes: leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
- Escuchar: Atender sus dudas, intentar explicarlas es el camino para seguir aprendiendo.
- Compartir: El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. No se puede amar lo que se desconoce.
- Proponer, no imponer: Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
- Acompañar: El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
- Ser constantes: Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
- Respetar: Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
- Pedir consejo: El instituto, las bibliotecas, las librerías pueden ser excelentes aliados.
- Estimular, alentar: Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de los adolescentes.
- Organizarse: La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizar su tiempo, su biblioteca… La meta a perseguir es que él pueda llegar a organizarse solo, pero podemos ayudarle al principio.
Por último
quiero recordar una cita de José Antonio Marina “Leer, hablar, escribir, es decir, explicar, comprender y disfrutar el
mundo con palabras es una condición indispensable para desarrollar la
inteligencia humana. Huir de la línea escrita es huir del argumento, de la
razón de la claridad, del análisis, de la capacidad de crítica. Es, en último
término, abdicar de la libertad. La ignorancia es iletrada. Esto conviene
repetirlo en un momento en que estamos a punto de naufragar en la fascinación
de las redes. Quien piense que conectarse con Internet supone algún progreso o
entraña algún aumento de conocimiento es un memo tecnológico. En la red se
encuentra sólo lo que se sabe leer. El analfabeto funcional seguirá siéndolo
conectado o desconectado. (…) Hemos entrado en una “sociedad del aprendizaje”,
donde saldrán a flote los que sepan aprender, los que leen más y mejor.
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